9/6/13

LA IMPORTANCIA DE LA HUERTA


Al principio, esta materia estaba a cargo de Héctor Peil. Más tarde fue Raúl de León, el que asumió esta tarea.

Como ya dije antes, la huerta no fue una tarea fácil de emprender. La tierra estaba disponible, con buenos nutrientes y lo suficientemente suelta, dada la cantidad de arena contenida en ella; y tanto chicos como chicas estaban motivados para trabajar, pero el agua sí que era un problema importante. Sin embargo, dada la cercanía al río Bermejito, se encontraron maneras de regar, produciéndose cada vez más verduras.

Se comenzó con lo que se suele empezar: lechuga, zanahorias, tomates, pimientos, acelga, zapallitos (estas dos últimas, dicho sea de paso, eran las plantas que más frutas producían), también solía haber maíz, pero también se plantaron hortalizas que no se conocían tanto entre los miembros de la comunidad, como los rabanitos, la remolacha, las arvejas y las lentejas, las chauchas, entre otras.

Como no estuve en el detalle de las clases de huerta, no recuerdo la organización concreta de las tareas, pero sé que para los fines de semana y para las semanas en familia se habían organizado turnos para hacer el riego.

Se preparaban los tablones con el procedimiento de cama alta. Voy a compartir en la próxima entrada la forma de hacer este cultivo de la tierra. Lo que se puede decir es que de esta manera se ahorra mucha agua de riego con el resultado de una mayor producción. Algunas remolachas llegaron a pesar alrededor de un kilogramo cada una, sin que por ello estuvieran fibrosas en el centro. También las zanahorias resultaron de un tamaño mayor de lo normal, sin perder su textura tierna.

Otra cosa que se hacía en las clases de huerta era hacer plantines de cítricos. En el comedor se cada tanto se solían comer frutos cítricos de postre. Las semillas de las mandarina, las naranjas y de los pomelos se recogían y se sembraban. Cada vez que las plantitas eran lo suficientemente grandes, se repartían entre los alumnos. Pronto no había casa en “El Colchón” que no tuviera árboles de frutas cítricas. Pocos años más tarde se veían esos árboles con hermosos frutos.

Con el correr del tiempo, buena parte de los insumos para el comedor era suministrada por la huerta. Sin embargo, todas esas verduras no siempre tuvo la aceptación del alumnado, una vez que se habían transformado en comidas. A menudo se quejaban de no ser vacas para estar comiendo “yuyos”. Fue tarea del sector cocina, encontrar la manera de que fuesen aceptadas e incorporadas en la alimentación.
Texto, traducción al alemán y fotos: Ruth Schwittay


BEDEUTUNG DES GEMÜSEGARTENS


Anfangs war für dieses Fach Héctor Peil zuständig. Später war es Raúl de León, der diese Aufgabe übernahm.

Wie ich schon einmal sagte, war der Gemüsegarten eine Aufgabe, die nicht leicht anzupacken war. Obwohl die Erde zur Verfügung stand, mit guten Nährstoffen und durch dem in ihr vorhandenen Sand auch locker genug, und obschon die Jugendlichen zum Arbeiten motiviert waren, gab es trotzdem ein wichtiges Problem, nämlich das Wasser. Aber dank der Nähe zum Bermejito-Fluss konnten Bewässerungsformen gefunden werden, und es wurden stetig mehr Gemüse produziert.

Man begann mit dem Üblichen: Salat, Möhren, Tomaten, Paprikas, Mangold, Zapallitos de tronco (Cucurbita Maxima) (nebenbei gesagt, waren es die beiden letzten Pflanzen, die die meiste Ernte brachten), meist auch Mais, aber auch nicht so unter den Mitgliedern der Gemeinde bekannte Gemüsesorten, wie Radieschen, Rote Beete, Erbsen und Linsen, Bohnen, u. a.

Da ich den Unterricht im Fach Gemüsegarten nicht im Detail dabei war, erinnere ich mich nicht an die konkrete Organisation der einzelnen Aufgaben, aber ich weiß, dass für die Wochenenden und für die Wochen in Familie Schichten für das Gießen organisiert worden waren.

Die Beete wurden als Hügelbeete angelegt. Im nächsten Beitrag werde ich eine Art, diese Beete anzulegen, mit euch teilen. Was man darüber sagen kann, ist, dass auf diese Weise sehr viel Gießwasser gespart wird und dass die Ernte sehr viel reicher ausfällt. Einige Rote Beete haben bis zu einem Kilogramm gewogen, ohne dass sie im Innern holzig gewesen seien. Auch die Möhren wurden sehr viel größer als normal, ohne ihre zarte Beschaffenheit zu verlieren.

Dazu wurde in diesem Unterricht auch Zitruspflänzchen gemacht. Im Essraum wurden manchmal Zitrusfrüchte als Nachtisch gegessen. Die Samen den Mandarinen, Apfelsinen und Grapefruits wurden gesammelt und ausgesät. Wenn die Pflänzchen dann groß genug waren, wurden sie unter den Schülern und Schülerinnen verteilt. Bald gab es kein Haus im „El Colchón“ mehr, dass nicht Zitrusbäume gehabt hätte. Einige Jahre später konnte man an diesen Bäumen herrliche Früchten hängen sehen.

Im Laufe der Zeit kam ein wichtiger Teil des Konsums im Essraum vom Gemüsegarten. 
Aber nicht alles Gemüse fand immer Anklang bei der Schülerschaft, wenn es in Gerichte verwandelt auf den Tisch kam. Oft beklagten sie sich, dass sie doch keine Kühe seien, denen man „Gras“ zum Essen vorsetze. Es wurde Aufgabe des Küchensektors, eine Art und Weise zu finden, dass sie akzeptiert und in der Ernährung aufgenommen würden.

Text, Übersetzung ins Deutsche und Fotos: Ruth Schwittay

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