27/5/13

CARPINTERÍA PARA VARONES Y TAMBIÉN PARA MUJERES















La materia Carpintería estaba a cargo de Mario Charole, que había aprendido el oficio en la carpintería de la Junta Unida de Misiones, llamada Mapic[i] en Juan José Castelli, con Benz Wyss, el carpintero suizo que la había organizado años atrás.


 







Las clases de carpintería se realizaban en el aserradero de la JUM, llamada Noyic[ii], cerca de la escuela.






Al principio sólo los varones iban a las clases de carpintería, pero cuando las muchachas descubrieron que podían aprender a hacer sillas, mesas y otros pequeños muebles para sus casas, la opinión pronto cambió. 




Rápidamente las clases de carpintería también se poblaron de mujeres. Aunque no todas estaban demasiado entusiasmadas…

Uno de los problemas que surgieron y de los que me enteré en nuestras reuniones de personal docente fue que muchos de los alumnos y de las alumnas no sabían “números”, y por lo tanto tampoco medir. En clases de matemática se trató de remediar esto.



Como no sé mucho de los detalles de las clases, por lo que dejaré que las fotos hablen.

Texto, traducción al alemán y fotos: Ruth Schwittay


[i] Algarrobo en idioma qom.
[ii] Quebracho en idioma qom.







SCHREINEREI FÜR JUNGS UND AUCH FÜR MÄDCHEN







Das Fach Schreinerei wurde von Mario Charole geleitet, der das Handwerk in der Schreinerei der Junta Unida de Misiones (JUM) in Juan José Castelli, Mapic[i] genannt, gelernt hatte, und zwar mit Benz Wyss, dem Schweizer Schreiner, der sie vor vielen Jahren organisiert hatte.



Der Schreinerunterricht fand im Sägewerk der JUM  statt, Noyic[ii] genannt, das sich nahe der Schule befand.














Anfangs waren es nur die Jungs, die zum Schreinerunterricht gingen, aber als die Mädchen entdeckten, dass man dort lernen konnte, wie Stühle, Tische und andere kleine Möbelstücke für ihr Zuhause gebaut werden, hat sich ihre Meinung bald geändert.





















Ganz schnell bevölkerte sich der Schreinerunterricht auch mit Mädchen. Obwohl nicht alle wirklich begeistert davon waren...







Einer der Probleme, die dort auftauchten und von denen ich während unseren Lehrkrafttreffen erfahren habe, war, dass viele Schüler und Schülerinnen keine „Nummern“ kannten, und also auch nicht messen konnten. Im Matheunterricht versuchte man, dem Abhilfe zu schaffen.


Da ich keine Einzelheiten von diesen Unterrichtsstunden kennen, werde ich die Fotos reden lassen.

Text, Übersetzung ins Deutsche und Fotos: Ruth Schwittay

[i] Johannisbrotbaum in der Qom-Sprache.
[ii] Quebracho (Aspidosperma) in der Qom-Sprache.

19/5/13


DE DONDE SALEN LAS YISCAS...


Una de las propuestas de Braulia para sus alumnas fue el trabajo con la fibra del chaguar. Un día salieron a buscar las plantas de chaguar al monte. Son bromeliáceas de hojas finas y a la vez carnosas, con espinas en forma de contra gancho a lo largo de las hojas.

El grupo se instaló en nuestra “aula”, la galería entre los dormitorios. Braulia mostró cómo pelar las fibras, frotándolas sobre un hilo tenso. La cáscara se descarta y las fibras rodeadas de una sustancia gelatinosa se colocan en agua.

Luego se raspan esas fibras con una cuchara de río sobre una tabla apoyada en la pared. Se debe lograr que las fibras se desprendan totalmente de la pasta gelatinosa. Para que esta tarea resulte más fácil, se va mojando el material con agua.

Ahora se lava muy bien la fibra. Es de color blanco-amarillento. Como las yiscas, unas bolsas confeccionadas con la fibra del chaguar, suelen tener al menos dos colores, se debía teñir una parte del material. Para ello, Braulia propuso la utilización de la cáscara de carandá o la de algarrobo. El algarrobo proporciona un color marrón rojizo más oscuro, en cambio con el carandá se logra un color café con leche. Este proceso se termina con el secado de la fibra, colgándola sobre un alambre al sol.

Una vez que la fibra está limpia, comienza el trabajo del hilado. Las chicas observaban muy atentas la manera en que Braulia torcía las fibras sobre sus pantorrillas, para formar el hilo. Como la fibra del chaguar es muy corta, se necesita de todo un arte para ir intercalando nuevas fibras para que el hilo resulte parejo.

Según lo que se quiera tejer, y según la destreza de la artesana también, el hilo será más grueso o más fino. Cuando es más grueso es una soga que soporta muy bien a las inclemencias del tiempo. Para los bolsos se necesita un hilado más fino.

Nunca aprendí a tejer las yiscas. Sé que se usa un palito como soporte y una aguja de coser larga para realizar el tejido. Los dibujos aplicados en los tejidos tienen que ver con las diferentes etnias. A mí solo me quedó una yisca hecha por los wichis. Más adelante también probaron tejer chaguar en los telares, logrando hermosos caminos de mesa y bolsos de trama más cerrada.
Texto, traducción al alemán y fotos: Ruth Schwittay


WO DIE YISCAS HERKOMMEN...


Einer der Vorschläge Braulias für ihre Schülerinnen war die Arbeit mit den Chaguar-Fasern. Eines Tages zogen sie los, Chaguar im Busch zu suchen. Es sind Bromelien mit schmalen und gleichzeitig fleischigen Blättern, mit Stacheln in Hakenform am Blätterrand.

Die Gruppe breitete ihre Funde in unserem "Schulraum", die Galerie zwischen den Schlafzimmern, aus. Braulia zeigte, wie man die Fasern heraus schält, indem man die Blätter über ein gestraftes Garn hin und her zieht.  So entledigte man die Blätter von der Schale und die von einer Art Gelatine umgebenen Fasern werden in Wasser gelegt.


Danach werden diese Fasern mit der Schale einer Muschel gegen ein an die Wand gelehntes Brett abgeschürft.
 Man sollte erreichen, dass sich die Fasern ganz von der gelatinösen Paste lösen. Damit dies leichter von der Hand geht, wird das Material immer wieder mit Wasser nass gemacht.

Dann werden die Fasern gut gewaschen. Sie sind von weiß-gelblicher Farbe. Da die Yiscas, die aus den Chaguar-Fasern hergestellten Umhängetaschen, aus meist mindestens zwei Farben hergestellt werden, musste ein Teil des Materials auch noch gefärbt werden. Dazu schlug Braulia vor, Carandá- oder Johannisbrotbaumrinde zu benutzen. Von der gekochten Johannisbrotbaumrinde erhält man eine dunkle braun-rötliche Farbe, und mit Carandá erhält man ein helles braun. Dieser Vorgang wird mit dem Trocknen der Fasern abgeschlossen, indem sie über ein Draht in die Sonne gehängt wurden.

Jetzt beginnt die Spinnarbeit mit den sauberen Fasern. Die Mädchen beobachteten aufmerksam, wie Braulia die Fasern über ihre Waden verdrehte, um das Garn herzustellen. Da die Chaguar-Fasern sehr kurz sind, ist es eine wahre Kunst, die neuen Fasern dazwischen zu stecken, damit das Garn gleichmäßig wird.






Je nach dem, was man herstellen möchte y auch je nach der Fertigkeit der Kunsthandwerkerin, wird das Garn dicker oder feiner. Wenn es ziemlich dick ist, ist es fast ein Seil, das die Witterung gut übersteht. Für die Taschen braucht es aber ein etwas feineres Garn.

Ich habe nie lernen können, diese Yiscas zu flechten oder stricken. Ich weiß, dass man dazu ein Stöckchen zum Halten benutzt und mit einer langen Nähnadel das Garn gestrickt. Die Motive dieser Arbeiten haben mit den verschiedenen Ethnien zu tun. Mir ist nur noch eine Yisca von den Wichi verblieben. Später haben sie auch versucht, Chaguar-Garne auf dem Webrahmen zu weben, womit sehr schöne Tischläufer und dichter gewebte Taschen erreicht wurden.

Text, Übersetzung ins Deutsche und Fotos: Ruth Schwittay

11/5/13


ARTESANÍAS: TEJIDOS


Durante los primeros tiempos, tanto las clases de artesanía como de vestimenta se realizaron en una de las galerías entre los dormitorios. Había que esperar que se terminara el aula respectiva.

En las materias prácticas todo era experimentar. No existían antecedentes. Y si en las demás cinco materias fue difícil, cuánto más en artesanía qom. La elegida por la comunidad para esa tarea fue Braulia Lajnocoyi.

En esa búsqueda de cómo organizar una materia de este tipo, comenzó por lo que las mujeres en casi todas las familias qom realizan: el hilado y tejido de diferentes fibras. No había en la escuela los telares sobre los que se tejía la lana, pero algunas alumnas trajeron sus telares portátiles. Algunas de ellas eran verdaderas artistas en este arte de combinar hilos.

Pero previamente al tejido había que dedicarse al hilado de la lana. Lo hacían con un huso, un palito prolijamente raspado y afinado en la punta inferior. A unos cinco centímetros de ese punto le colocaban un contrapeso amasado con barro, a manera de un disco bastante grueso, en cuyo centro insertaban el palito. Esperaban que se secara un poco el barro y el huso estaba listo.

Por otro lado había que preparar la lana virgen de oveja. La lavaban bien y la secaban. Luego había que sacar abrojos. Voy a tratar de relatar lo que recuerdo del proceso de hilado. Nunca lo aprendí, aunque observé muchas veces.

Se abría lana de manera que se formaba algo así como una tira muy suelta, abierta, de unos ocho o diez centímetros de diámetro. Es tira se la colocaban alrededor de la mano. La punta se torcía un poco a mano y se ataba al huso. Luego apoyaban el huso en el piso y lo hacían girar. Esto hace que la lana se vaya torciendo. Las manos iban controlando el espesor. Si el hilo resultaba muy grueso, se estiraba un poco. Cuando se había hilado un poco de hilo, lo envolvían en el huso, lo que a su vez aumentaba el contrapeso.

Una vez que la lana estaba hilada, se debía teñir, si es que se quería trabajar con otro color que el natural. Para teñir utilizaban, entre otros, cáscaras de carandá (o itín) y algarrobo.

Ahora había que armar la urdimbre sobre el telar. No usaban peine de madera, como suelen tener los clásicos telares. Para cumplir esa función, preparaban una especie de “peine” con hilos de algodón. En la puesta de la trama ya se tenía en cuenta el dibujo que tendría el tejido final. Por último se tejía la trama, formando los dibujos. Los dibujos identifican a la tejedora, pero también a la familia, la zona, la nación aborigen.

Como no tengo ni buenas ni muchas fotos de este proceso, sólo me queda agregar fotos de trabajos que aún hoy tengo en casa, hechas por mujeres de la zona.




Texto, traducción al alemán y fotos: Ruth Schwittay



KUNSTHANDWERKE:  DAS WEBEN

Während der ersten Zeiten stand sowohl der Unterricht in Kunsthandwerken wie auch von Kleidung in einer der Galerien zwischen den Schlafräumen statt. Wir mussten warten bis der entsprechende Raum fertig war.

In den praktischen Fächern galt es zu Experimentieren. Es gab keine Erfahrungen darin. Und wenn es schon schwer für die anderen fünf Fächer war, galt dies noch mehr in Qom-Kunsthandwerken. Von der Gemeinde wurde Braulia Lajnocoyi für diese Aufgabe auserwählt.

Bei dieser Suche nach der Art und Weise, wie man so ein Fach organisieren könnte, hat sie mit dem angefangen, was in fast allen Qom-Familien gemacht wurde: das Spinnen und Weben mit verschiedenen Fasern. In der Schule gab es diese Webrahmen nicht, auf denen Wolle gewebt wurde, aber einige Schülerinnen brachten ihre tragbaren Rahmen mit. Einige von ihnen waren echte Künstlerinnen im Fäden kombinieren.

Vor dem Weben musste die Wolle erst einmal gesponnen werden. Sie arbeiteten mit einem sauber geschabten, zugespitzten Stöckchen, der Spindel. An die Fünf Zentimeter von der Spitze entfernt brachten sie ein Gewicht aus Lehm an, eine ziemlich dicke kleine Platte, in deren Zentrum sie das Stöckchen durchstachen. Sie warteten, bis der Lehm angetrocknet war und die Spindel war fertig.

Es musste aber auch die rohe Wolle vorbereitet werden. Sie wurde gut gewaschen und getrocknet. Dann wurden die Kletten ausgelesen. Ich werde versuchen, den Spinnvorgang zu beschreiben, so gut ich mich erinnere. Ich habe es nie lernen können, obwohl ich oft zugesehen habe.

Die Wolle wurde zu einem langen und lockereren Strang gezupft, um die acht bis zehn Zentimeter Durchmesser. Diesen Strang legten sie sich um die Hand. Den Beginn drehten sie mit der Hand und banden ihn an die Spindel. Dann stellten sie die Spindel auf den Boden und drehten sie. Dies machte, dass die Wolle sich verzwirnte. Mit den Händen kontrollierten sie die Dicke. Wenn das Garn zu dick ausfiel, steckten sie es ein wenig. Wenn ein längeres Stück Garn gesponnen war, wickelten sie es auf die Spindel, die so mehr Gewicht bekam und besser funktionierte.

Sobald die Wolle fertig gesponnen war, musste sie auch noch gefärbt werden, sofern man eine andere Farbe als die natürliche haben wollte. Zum Färben benutzten sie u. a. die Rinde vom "Carandá" (auch "Itín" genannt) (Prosopis Kuntzei Harms) und vom Johannisbrotbaum.

Jetzt wurde die Kette in den Webrahmen eingezogen. Sie benutzten keinen Holzkamm, wie ihn die klassischen Webrahmen haben. Sie bereiteten für diese Funktion eine Art „Kamm“ aus Baumwollfäden vor. Beim Einziehen der Kette musste schon das spätere Motiv beachtet werden. Schließlich wurde mit dem Schuss gewebt und die Motive entstanden. Die Motive identifizieren die Weberin, aber auch ihre Familie, ihr Gebiet, ihr Volk.

Da ich weder viele geschweige denn gute Fotos von diesem Vorgang habe, werde ich einige Fotos von den Arbeiten zeigen, die ich heute noch zu Hause habe, und die von Frauen aus dem Gebiet hergestellt wurden.
Text, Übersetzung ins Deutsche und Fotos: Ruth Schwittay