Limpieza del patio
Muy al principio del funcionamiento “de
prueba” de la escuela hubo un período en que las clases de “práctica” no
estaban organizadas aún. Se había dividido al alumnado en dos grandes grupos,
que alternaban las clases “teóricas” y las “prácticas” por semana. Pero aún se
estaba trabajando en la preparación de la organización de esas materias, que no
eran comunes para una escuela primaria en Argentina. También la organización de
los horarios tuvo sus dificultades.
Otro tema que fue motivo de largas
conversaciones era la cuestión de quién tomaría qué materias de práctica. Se
ofrecían seis materias en total, pero en una semana cada persona sólo podría
tomar clases de tres materias. Lo más fácil, claro, era que las materias de
Alimentación, Vestimenta y Artesanías fuesen dictadas para las alumnas mujeres
y que Carpintería, Huerta y Granja fueran tomadas por los alumnos varones. Pero
rápidamente supimos que las chicas también querían participar de las materias
“masculinas”, y a su vez, los muchachos también querían cocinar y hacer
artesanías, incluso a más de uno le picó la curiosidad por tejer y coser, en
especial con las máquinas de coser.
Finalmente se dispuso que a comienzos de
cada alternancia (unidad de tres semanas) cada uno de los alumnos y las alumnas
eligieran tres de las seis materias para concurrir durante ese lapso. Sabíamos
que resultaría difícil el cambio permanente de materias, pero consideramos
que valía la pena. A la larga resultó que las incursiones de varones en las
materias “femeninas” y viceversa sólo eran cortas.
Para los y las que, sin
embargo, querían aprender alguna técnica en serio, y no simplemente ver de qué
se trata, permanecían la mitad del año en las clases de las mismas materias. Como se trataba del
primer año de un proyecto piloto, y porque las materias prácticas no
pertenecían a los contenidos obligatorios para el Consejo de Educación de la
Provincia del Chaco, esa libertad de cambios fue posible.
Así es que al principio, cuando un grupo
estaba en la semana “práctica”, los alumnos y las alumnas hacían tareas de
acondicionamiento que se necesitaban para que la escuela pudiera funcionar como
tal, a pesar de no estar concluida su construcción. Se trataba de tareas de
limpieza, tanto del patio como de los edificios recién terminados, de pintura, del
armado de dormitorios, de costura de ropa de cama, etc.
Había mucho entusiasmo por que comiencen
oficialmente las clases. Eso hizo que todos nos sintiéramos muy motivados para colaborar en esas diversas tareas. Una de las primeras de ellas fue la limpieza del
patio. Ese patio era enorme. El suelo había quedado muy desparejo y en parte
lleno de malezas. Así que se organizaron jornadas de limpieza de patio, en la
que participaron tanto alumnos como docentes de las materias prácticas.
Texto y fotos: Ruth Schwittay
Hofreinigung
Ganz zu Beginn des Schulbetriebs "auf Probe" gab
es eine Zeitspanne, während der der "praktische" Unterricht noch
nicht organisiert war. Man hatte die Schülerschaft in zwei große Gruppen
aufgeteilt, die wöchentlich abwechselnd "theoretischen" und
"praktischen" Unterricht haben sollten. Man war aber immer noch mit den
Vorbereitungen beschäftigt, um diese Fächer, die nicht in normalen Grundschulen
Argentiniens vorkommen, zu organisieren. Auch die Aufstellung des Stundenplans
wies erhebliche Schwierigkeiten auf.
Ein anderes Thema, das lange Gespräche hervorgerufen hat,
war die Frage, wer die jeweiligen praktischen Fächer besuchen würde. Es wurden
insgesamt sechs Fächer angeboten, aber während einer Woche konnte jede Person
nur an drei Fächern teilnehmen. Das Einfachste war, klar, dass die Fächer
Ernährung, Kleidung und Kunsthandwerke von den Mädchen besucht würden, und
Schreinerei, Gemüsegarten und Viehwirtschaft für die Jungen unterrichtet
würden. Aber sehr schnell erfuhren wir, dass die Mädchen auch an den
"männlichen" Fächern teilnehmen wollten, und gleichzeitig, wollten
auch die Jungen kochen und Kunsthandwerke machen, es gab sogar mehr als einen
von ihnen, die richtig neugierig auf das Stricken und Nähen waren, insbesondere
mit Nähmaschinen.
Schließlich wurde festgelegt, dass zu Beginn einer jeden
Drei-Wochen-Einheit, "Alternancia" genannt, jeder Schüler und jede
Schülerin den Unterricht in drei Fächer währen dieser Zeitspanne aussuchen
durfte. Wir wussten, dass der andauernde Wechsel der verschiedenen Fächern nicht
einfach sein würde, aber wir verstanden, dass es die Mühe wert war. Im Laufe der Zeit ergab es sich, dass die
Ausflüge der Jungen in "weibliche" Fächer und umgekehrt doch nur kurz
waren.
Die aber, die eine bestimmte Technik oder Arbeitsweise wirklich lernen
wollten, und nicht nur ausschauen wollten, um was es sich handelt, blieben mehr
oder weniger ein halbes Jahr im selben Fach. Da es das erste Jahr eines Pilotprojektes
war, und weil die praktischen Fächer nicht zu den verbindlichen Inhalten des Bildungsrates
der Provinz Chaco gehörten, war diese freie Handhabung möglich.
Und so, wenn anfangs eine Gruppe in der
"praktischen" Woche war, machten die Schüler und Schülerinnen
die nötigen Aufbereitungsarbeiten,
damit die Schule als solche funktionieren könne, obwohl der Bau noch nicht
fertig war. Es handelte sich um Reinigungsarbeiten, sowohl auf dem Hof wie in
den eben fertiggestellten Gebäuden, Malarbeiten, das Organisieren der
Schlafräume, das Nähen von Bettzeug, usw.
Überall herrschte große Erwartung auf die offizielle
Eröffnung der Schule. Dadurch waren wir alle sehr zur Mitarbeit bei den
diversen Arbeiten motiviert. Eine der ersten Aufgaben war die Reinigung des
Hofes. Dieser Hof war riesig. Der Boden war sehr uneben und teils voller
Unkraut. So wurden Hofreinigungstage organisiert, an der sowohl Schüler und
Schülerinnen, so wie auch die Lehrkräfte der praktischen Fächer teilnahmen.
Text, Übersetzung und Fotos: Ruth Schwittay
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