Siguen creciendo las paredes…
...y la participación de las familias
El levantar paredes se hizo rutina. Un
panel, otro y otro iban llenando sus espacios con la mezcla, colocada
hábilmente por varias manos. Comienza a tomar forma la escuela…
Pero veamos algunos aspectos que ocurrieron
durante la segunda reunión de los docentes con los padres. No me acuerdo de
todos los temas que se tocaron. Sí sé que hubo opiniones muy bien formadas, no
siempre coincidentes, pero muy bien fundamentadas.
Sin embargo, uno de los temas caló hondo en
mi conciencia, de manera que me marcó profundamente: la discusión alrededor de
la cuestión del idioma en que se enseñaría. Nadie ponía en duda que era
necesario que se enseñara castellano. Pero a la hora de definir, si se debía
enseñar también en el idioma qom, se armó una discusión muy interesante.
Hubo dos posiciones bien definidas, con sus
argumentaciones muy claras.
a) Una de las dos posturas quería que el
alumnado aprendiera a escribir también en su propio idioma. Consideraban que el
idioma se perdería rápidamente, si no se conseguía ponerlo por escrito. El
castellano seguramente tomaría la delantera y en pocos años ya nadie hablaría
el propio idioma. Ya se disponía de una sistematización por escrito del idioma,
por lo que eso sería posible realizar, siempre y cuando se dispusiera de
maestros que dominaran el idioma y su escritura.
b) Los que se encontraban en el otro grupo
no querían de ninguna manera que se enseñara el idioma qom en la escuela. Ellos
argumentaban que la familia debía ocuparse de mantener el idioma vivo y
expresaron sus temores respecto de que si los “blancos” aprendían su idioma,
eso serviría para terminar de invadir sus comunidades con la cultura dominante,
destruyendo en poco tiempo las propias costumbres y características culturales.
La discusión se prolongó un largo rato. Las
reuniones en general duraban el día entero, y ésta no fue la excepción. A pesar
de ello, ese día no se llegó a una decisión final, pero la discusión fue muy
interesante y esclarecedora.
Todo el desarrollo de la reunión demostró que Jean había tenido
razón. Nunca habían sido escuchados. Los y las docentes aprendimos que los
padres (y madres, aunque no estuvieron presentes) sí tienen algo que decir
respecto de la educación de sus hijos e hijas, que sí tienen sueños y temores
al respecto y que era bueno escucharlos, para poder trabajar en conjunto.
Texto y fotos: Ruth Schwittay
Die Wände wachsen weiter...
...und die Teilnahme der Familien auch
Wände auf diese Weise hochzuziehen war inzwischen Routine geworden. Ein
Paneel nach dem anderen wurden gekonnt durch viele Hände mit der Mischung
aufgefüllt. Die Schule nimmt langsam Form an...
Aber sehen wir uns doch das an, was während dem zweiten
Treffen der Eltern und den Lehrkräften geschehen ist. Ich erinnere mich nicht
mehr an alle besprochenen Themen. Sicher weiß ich, dass es ganz klare Meinungen
gab, nicht immer übereinstimmend, aber trotzdem sehr gut begründet.
Aber eines der Themen ist tief in meinem
Bewusstsein eingedrungen und hat mich mich sehr beeindruckt: Die Diskussion rund um
die Frage der Sprache, in der in der Schule gelehrt werden sollte. Keiner stellte die
Notwendigkeit, in Spanisch zu lehren, in Frage. Aber als die Entscheidung
auf den Tisch kam, ob auch in der Qom-Sprache gelehrt werden sollte, begann eine heftige Diskussion.
Es gab zwei genau definierte Positionen mit ihren ganz
klaren Argumenten.
a) Die eine dieser Positionen wollte, dass die Schüler auch
in ihrer eigenen Sprachen lesen und schreiben lernen. Sie meinten, dass sich
die Sprache rasch verlieren würde, wenn man sich nicht schriftlich in ihr
ausdrücken könne. Das Spanisch würde mit Sicherheit die Oberhand behalten und in
wenigen Jahren würde niemand mehr die eigene Sprache sprechen. Eine
schriftliche Systematisierung war schon vorhanden, es wäre also möglich, sofern
es Lehrer gäbe, die diese Sprache und Kultur beherrschten.
b) In der anderen Gruppe wollte man auf gar keinen Fall,
dass die Qom-Sprache in der Schule gelehrt werde. Sie argumentierten, dass es
die Familie sei, die dafür sorgen müsse, die Sprache lebendig zu erhalten. Sie
äußerten ihre Besorgnis darüber, dass "Weiße" ihre Sprache lernen
müssten. Dies würde dazu führen, dass die herrschende Kultur in den Gemeinden
noch mehr übergreifen würde und in kurzer Zeit ihre eigenen kulturellen
Gewohnheiten und Eigenschaften zerstört würden.
Die Diskussion zog sich lange hin. Im Allgemeinen dauerten
solche Treffen den ganzen Tag, und dieses war nicht die Ausnahme. Trotzdem kam
man an diesem Tag zu keinen Entschluss, aber die Diskussion war sehr
interessant und aufschlussreich.
Der ganze Ablauf des Treffens bewies, dass Jean Recht
gehabt hatte. Nie waren sie vorher angehört worden. Wir Lehrkräfte lernten, das
die Väter (und Mütter, auch wenn sie nicht dabei waren) sehr wohl etwas hinsichtlich
der Erziehung ihrer Kinder etwas zu sagen haben, dass sie auch viele Träume und
Besorgnisse diesbezüglich haben und dass es sehr gut war, ihnen zuzuhören, um
wirklich zusammen arbeiten zu können.
Text, Fotos und Übersetzung: Ruth Schwittay
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