28/3/13


Carteles, coro y suvenires

Poco a poco todas las actividades se encontraban impregnadas de la cercanía de la inauguración. En cada rincón de la escuela se encontraba algún grupo, trabajando para ese evento.

Un aspecto que preocupaba bastante era el hecho de que mucha gente no sabía dónde quedaba la escuela. Por lo que surgió la propuesta de preparar carteles indicadores. A la hora de definir con qué material hacerlos, se acordaron del vecino aserradero Noyic. Allí encontraron costaneras que sobraban cuando transformaban rollizos en tablas. También se encontró la madera necesaria para el poste en el cual fijar el cartel. 
Luego vino la tarea de lijar los carteles, escribir y barnizarlos. Se hicieron carteles desde el camino de tierra que cruzaba todo el Paraje El Colchón hasta la misma escuela. Con mucho orgullo decían: “CEREC. Escuela Aborigen”. Los más grandes y bonitos resultaron los que daban la bienvenida a los visitantes en la entrada misma del terreno de la escuela. Claro está que la bienvenida no sólo fue expresada en castellano, sino también en idioma qom.

Por otro lado se decidió hacer pequeños presentes para que los visitantes se lleven como recuerdo de la fiesta de inauguración. Se prepararon artesanías varias, por ejemplo de barro, de palma, entre otros. Como las computadoras aún no existían, cada una de las tarjetitas fue escrita a mano por el alumnado. Finalmente se ubicaron todos estos regalitos en canastos típicos de la artesanía qom de palma. Guillermina y Beatriz muestran orgullosas el trabajo terminado, mientras Salvadora sigue entretenida con su tarea.






Otra actividad de alumnos y alumnas fue el coro. En cada momento que podían se encontraban y ensayaban canciones con las que se identificaban y que querían compartir con el público. 












La mayoría de las veces se juntaban en algún lugar del patio, debajo de los árboles, al lado del mástil de la bandera, pero también en los salones. No me acuerdo con seguridad de las canciones que cantaban, pero me imagino que el corito “No me importa la raza ni el color de la piel…” seguramente estuvo incluido en el programa.

A medida que se acercaba el gran día, también llegó la hora de hacer limpieza del patio. En cada rincón se estaba limpiando, ordenando, emprolijando detalles. Todos estaban ocupados con alguna tarea. Había alguien que supervisaba todo con ojos atentos. 





Esa persona era Daniel Silvestre. No se le escapaba ningún aspecto. 








Daniel controlando, y ellas dos jugando…


Texto, traducción al alemán y fotos: Ruth Schwittay


Schilder, Chor und Erinnerungsgeschenke

Nach und nach wurden alle Tätigkeiten von der Nähe der Einweihung beeinflusst. In allen Ecken der Schule befand sich irgendeine Gruppe bei der Vorbereitung dieses Ereignisses.

Einige Sorgen bereitete die Tatsache, dass viele Leute keine Ahnung hatten, wo die Schule eigentlich liegt. Deswegen kam der Vorschlag sehr gelegen, Anzeigeschilder auf dem Weg dorthin anzubringen. Bei der Entscheidung, welches Material man anwenden könne, erinnerte man sich a das nahe Sägewerk Noyic. Dort fand man die Kantenbretter, die übrig blieben, wenn aus Rundhölzern Bretter gesägt wurden. Es wurde auch übrige Holzstücke für die Pfosten gefunden, an denen die Schilder dann angebracht werden konnten.

Dann kamen die Schmirgelarbeit, das Beschreiben und das Lackieren. Es wurden Schilder angefertigt für die Strecke von der Erdstraße aus, der die Siedlung El Colchón durchkreuzte, bis zur Schule. Ganz stolz stand dort: "CEREC: Aborigines-Schule". Die größten und hübschesten waren diejenigen, die am Eingang des Grundstücks die Gäste willkommen hießen. Natürlich war dieses Willkommen nicht nur auf Spanisch ausgedrückt, sondern auch in der Qom-Sprache.



Außerdem wurde beschlossen, kleine Erinnerungsgeschenke für die Gäste zu basteln, als Andenken an die Einweihung, wie es überall im Land bis heute üblich ist. Es wurden verschiedene Kunsthandwerke gemacht, z. B. aus Lehm, Palmenblätter, u. a. Da zu dieser Zeit die Computer noch nicht existierten, jedenfalls nicht dort, wurden alle Kärtchen von der Schülerschaft angefertigt. Schließlich kamen alle diese kleinen Geschenke in die typischen Körbe aus Palmblättern. Guillermina und Beatriz zeigen stolz die fertigen Arbeiten, während Dori weiter in ihre Arbeit vertieft ist.



Eine andere Tätigkeit der Schüler und Schülerinnen in dieser Hinsicht war der Chor. Jede freie Minute wurde zum Üben der Lieder genutzt, mit denen sie sich identifizierten und die sie mit dem Publikum teilen wollten. Meistens trafen sie sich irgendwo im Hof, unter den Bäumen, neben dem Fahnenmast, aber auch in den Räumen. Ich erinnere mich nicht mehr daran, welche Lieder sie sangen, aber ich kann mir vorstellen, dass bestimmt "Mit ist die Rasse oder die Hautfarbe egal..." mit im Programm war.








Je näher der große Tag kam, desto nötiger wurde eine Aufräumaktion für den Hof notwendig. In jeder Ecke wurde sauber gemacht, aufgeräumt, Details angeordnet. 

Alle waren irgendwie beschäftigt. 




Es gab aber noch jemanden, der alles mit wachsamen Augen überprüfte. 


Diese Person war Daniel Silvestre, der Gemeindevertreter. Es entging ihm nichts. 


















Daniel kontrollierte, 
und diese Beiden (siehe Foto oben) 
spielten...

Text, Übersetzung ins Deutsche und Fotos: Ruth Schwittay

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