Carteles, coro y suvenires
Poco a poco todas las actividades se
encontraban impregnadas de la cercanía de la inauguración. En cada rincón de la
escuela se encontraba algún grupo, trabajando para ese evento.
Un aspecto que preocupaba bastante era el
hecho de que mucha gente no sabía dónde quedaba la escuela. Por lo que surgió
la propuesta de preparar carteles indicadores. A la hora de definir con qué
material hacerlos, se acordaron del vecino aserradero Noyic. Allí encontraron
costaneras que sobraban cuando transformaban rollizos en tablas. También se
encontró la madera necesaria para el poste en el cual fijar el cartel.
Luego
vino la tarea de lijar los carteles, escribir y barnizarlos. Se hicieron
carteles desde el camino de tierra que cruzaba todo el Paraje El Colchón hasta
la misma escuela. Con mucho orgullo decían: “CEREC. Escuela Aborigen”. Los más
grandes y bonitos resultaron los que daban la bienvenida a los visitantes en la
entrada misma del terreno de la escuela. Claro está que la bienvenida no sólo
fue expresada en castellano, sino también en idioma qom.
Por otro lado se decidió hacer pequeños
presentes para que los visitantes se lleven como recuerdo de la fiesta de
inauguración. Se prepararon artesanías varias, por ejemplo de barro, de palma,
entre otros. Como las computadoras aún no existían, cada una de las tarjetitas
fue escrita a mano por el alumnado. Finalmente se ubicaron todos estos
regalitos en canastos típicos de la artesanía qom de palma. Guillermina y
Beatriz muestran orgullosas el trabajo terminado, mientras Salvadora sigue
entretenida con su tarea.
Otra actividad de alumnos y alumnas fue el
coro. En cada momento que podían se encontraban y ensayaban canciones con las
que se identificaban y que querían compartir con el público.
La mayoría de las
veces se juntaban en algún lugar del patio, debajo de los árboles, al lado del
mástil de la bandera, pero también en los salones. No me acuerdo con seguridad
de las canciones que cantaban, pero me imagino que el corito “No me importa la
raza ni el color de la piel…” seguramente estuvo incluido en el programa.
A medida que se acercaba el gran día,
también llegó la hora de hacer limpieza del patio. En cada rincón se estaba
limpiando, ordenando, emprolijando detalles. Todos estaban ocupados con alguna
tarea. Había alguien que supervisaba todo con ojos atentos.
Esa persona era
Daniel Silvestre. No se le escapaba ningún aspecto.
Daniel controlando, y ellas
dos jugando…
Texto, traducción al alemán y fotos: Ruth
Schwittay
Schilder, Chor und Erinnerungsgeschenke
Nach und nach wurden alle Tätigkeiten von der Nähe der
Einweihung beeinflusst. In allen Ecken der Schule befand sich irgendeine Gruppe
bei der Vorbereitung dieses Ereignisses.
Einige Sorgen bereitete die Tatsache, dass viele Leute keine
Ahnung hatten, wo die Schule eigentlich liegt. Deswegen kam der Vorschlag sehr
gelegen, Anzeigeschilder auf dem Weg dorthin anzubringen. Bei der Entscheidung,
welches Material man anwenden könne, erinnerte man sich a das nahe Sägewerk
Noyic. Dort fand man die Kantenbretter, die übrig blieben, wenn aus Rundhölzern
Bretter gesägt wurden. Es wurde auch übrige Holzstücke für die Pfosten
gefunden, an denen die Schilder dann angebracht werden konnten.
Dann kamen die
Schmirgelarbeit, das Beschreiben und das Lackieren. Es wurden Schilder
angefertigt für die Strecke von der Erdstraße aus, der die Siedlung El Colchón
durchkreuzte, bis zur Schule. Ganz stolz stand dort: "CEREC:
Aborigines-Schule". Die größten und hübschesten waren diejenigen, die am
Eingang des Grundstücks die Gäste willkommen hießen. Natürlich war dieses
Willkommen nicht nur auf Spanisch ausgedrückt, sondern auch in der Qom-Sprache.
Außerdem wurde beschlossen, kleine Erinnerungsgeschenke für
die Gäste zu basteln, als Andenken an die Einweihung, wie es überall im Land
bis heute üblich ist. Es wurden verschiedene Kunsthandwerke gemacht, z. B. aus
Lehm, Palmenblätter, u. a. Da zu dieser Zeit die Computer noch nicht
existierten, jedenfalls nicht dort, wurden alle Kärtchen von der Schülerschaft
angefertigt. Schließlich kamen alle diese kleinen Geschenke in die typischen
Körbe aus Palmblättern. Guillermina und Beatriz zeigen stolz die fertigen
Arbeiten, während Dori weiter in ihre Arbeit vertieft ist.
Eine andere Tätigkeit der Schüler und Schülerinnen in dieser
Hinsicht war der Chor. Jede freie Minute wurde zum Üben der Lieder genutzt, mit
denen sie sich identifizierten und die sie mit dem Publikum teilen wollten.
Meistens trafen sie sich irgendwo im Hof, unter den Bäumen, neben dem
Fahnenmast, aber auch in den Räumen. Ich erinnere mich nicht mehr daran, welche
Lieder sie sangen, aber ich kann mir vorstellen, dass bestimmt "Mit ist
die Rasse oder die Hautfarbe egal..." mit im Programm war.
Je näher der große Tag kam, desto nötiger wurde eine
Aufräumaktion für den Hof notwendig. In jeder Ecke wurde sauber gemacht,
aufgeräumt, Details angeordnet.
Alle waren irgendwie beschäftigt.
Es gab aber noch
jemanden, der alles mit wachsamen Augen überprüfte.
Diese Person war Daniel
Silvestre, der Gemeindevertreter. Es entging ihm nichts.
Daniel kontrollierte,
und diese Beiden (siehe Foto oben)
spielten...
Text, Übersetzung ins Deutsche und Fotos: Ruth Schwittay
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