20/8/12


Manos a la obra

A diferencia de la pausa que tuve que hacer después de concluir con el relato de una etapa en el camino hacia la escuela bilingüe e intercultural (bicultural decíamos en aquel entonces), lo que sigue en este blog en realidad ya se venía pensando, escribiendo, planificando… A efectos de ordenar el relato, sacrificaré la secuencia cronológica.


Antes de siquiera volver al lugar elegido, hubo muchísimas reuniones con personas, algunas invitadas, otras contratadas, para que aporten sus ideas a este proyecto. Un matrimonio clave en este proceso fueron Magui y Jean Charpentier. Durante un año o más venían de Reconquista a instalarse en mi casa en Villa Bermejito, donde en esa época la creatividad funcionaba a pleno.

Enfoquémonos por ahora en la construcción de la escuela.
Ya se sabía para ese momento que se iba a trabajar con el sistema de las escuelas EFA (Escuela de la Familia Agraria, bastante usual en el noreste argentino, traído por los Charpentier al país). Eso significaba que la construcción debía contemplar una especie de albergue o internado para cuando el alumnado estuviera viviendo en la escuela.
Lo que llevó muchas horas de búsqueda, discusiones, investigaciones, fue el tipo de construcción que se haría. Finalmente se decidió usar el método del “Fachwerkhaus”, una manera europea de construir las casas con estructura de madera rellena con la masa de adobe, es decir, barro enriquecido con paja, bosta y no sé que otras cosas más, que los constructores seguramente podrán explicar mejor que yo.

El formato de las casas europeas suelen tener varios pisos, son muy cerradas en sí mismas, lo que es propio en zonas muy frías y con poco espacio disponible. El adobe aísla tanto del frío como del calor, por lo que es favorable también en una zona calurosa como el Chaco. Pero la forma arquitectónica no se adecuaba al lugar. Se observaron edificios públicos en la zona, y en regiones como el Paraguay. Se llegó a la conclusión que debían ocupar más lugar y ser más ventiladas que las europeas.


La forma elegida finalmente fue la de módulos de dos salones unidos por una galería techada. Eso también permitiría más flexibilidad a la hora de definir los destinos de los módulos. Otra ventaja de esta forma de construcción también era el hecho que las familias de la comunidad vivían en casas de adobe. Por lo que el alumnado al estar viviendo en la escuela se encontraría con paredes similares a las que conocían de sus propias casas.

Esta manera de construir también permitía que gran parte de los materiales fuese de la zona: madera, barro, paja, etc. Lo que se debía “importar” era todo lo metálico: bulones por sobre todo, alambre y chapas. Otra ventaja era que la gente del lugar conocía esos trabajos y se podía dar trabajo a la gente del lugar y no traer albañiles “de afuera”. Se disponía de madera y del aserradero Noyic para trabajar la madera, transformándola de estructuras de los módulos. Con eso seguiremos en la próxima entrega.
Texto: Ruth Schwittay
Fotos: Ruth Schwittay
http://www.flickr.com/photos/svmma/2737792661/


Ärmel aufkrempeln!

Anders als die Pause, die ich nach dem Bericht einer Etappe auf dem Weg zur zweisprachigen und interkulturellen Schule (bikulturell sagten wir damals) machen musste, was im Folgenden auf diesem Blog gezeigt wird, wurde eigentlich schon vorher überlegt, aufgeschrieben, geplant...  Um den Bericht etwas zu ordnen, werde ich die chronologische Reihenfolge preisgeben.




Ehe wir wieder zum auserwählten Ort zurückkommen konnten, gab es viele Sitzungen mit vielen Personen, einige wurden eingeladen, andere angeheuert, damit sie mit ihren Ideen ihren Beitrag zum Projekt leisten sollten. Ein Ehepaar nahm eine Schlüsselstellung in diesem Vorgang ein, nämlich Magui und Jean Charpentier. Über ein Jahr hinweg oder länger  kamen sie aus Reconquista zu uns in unser Haus in Villa Bermejito, wo es zu dieser Zeit ungemein kreativ zuging.


Konzentrieren wir uns vorerst auf den Bau der Schule.
Zu dieser Zeit wusste wir schon, dass das System de Schule das der EFA-Schulen sein würde (Schule der Agrarfamilie, die sehr oft im Nordosten Argentiniens vorkommt, und von den Charpentiers ins Land gebracht wurde). Dies bedeutete, dass der Bau eine Art Unterkunft oder Internat für die Zeiten, in denen die Schülerschaft in der Schule leben würde, vorsehen musste.

Was sehr viele Stunden der Suche, Diskussionen, Untersuchungen verlangt hat, war die Bauart der Schule. Schließlich entschloss man sich für einen „Fachwerkhausbau“, eine europäische Art, Häuser mit einer mit Lehm gefüllten Holzstruktur zu bauen, also, mit Stroh, Mist und was sonst noch angereicherter Lehm, was Baumeister bestimmt besser als ich erklären können.


Die Form europäischer Fachwerkhäuser haben meist mehrere Etagen, sind in sich selbst geschlossen, was eher zu sehr kalten Regionen mit wenig Platz passt. Lehm isoliert sowohl vor Kälte als auch vor Hitze, deshalb würde es auch in eine sehr heiße Region wie der Chaco passen. Aber die architektonische Form passte nicht in diese Region. Es wurden öffentliche Gebäude in der Gegend und in Regionen wie Paraguay besucht. 

Man kam zu dem Schluss, dass sie weiter und durchlüfteter sein sollten als die europäischen. 

Endlich entschloss man sich für Module von zwei Räumen, verbunden durch eine überdachte Galerie. Die würde auch mehr Flexibilität bei der Zweckbestimmung der Module erlauben. Ein anderer Vorteil dieser Bauart war auch die Tatsache, dass die Familien in der Gemeinde auch in Lehrhäusern wohnten. So würde die Schülerschaft in der Schule ähnliche Wände vorfinden, die sie von zuhause schon kannten.



Diese Bauart ermöglichte es auch, dass das Baumaterial zum großen Teil aus der Zone kam: Holz, Lehm, Stroh, usw. Was von weiter her „importiert“ werden musste, waren alle Materialien aus Metall: Vor allem Mutterschrauben, Draht und Blech. Von Vorteil war auch die Tatsache, dass die Leute vor Ort diese Arbeiten kannten, und so von den Leuten der Gemeinde gemacht werden konnte, und keine Bauherren von "draußen" geholt werden mussten. Holz war da, im Sägewerk Noyic konnte das Holz bearbeitet werden, um in Modulstrukturen verwandelt zu werden. Damit werden wir beim nächten Mal weitermachen.
Text: Ruth Schwittay
Fotos: Ruth Schwittay


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