15/12/12


Primeras clases “teóricas”

En algún momento llegó la hora de las primeras clases, aún antes de que se inaugure la escuela. Como el internado aún no estaba terminado, al principio iban y venían los alumnos y las alumnas que vivían más o menos cerca.

La escuela estaba organizada en una alternancia de tres tiempos: durante dos semanas el alumnado estaba internado en la escuela, una tercera semana estaban en sus casas con tareas especiales. De las dos semanas de internados, en una de ellas, la “teórica”, se dictaban clases normales del nivel primario. Quizás deba aclararse que por aquellos tiempos la primaria argentina constaba de los primeros siete años escolares. En la segunda semana, la “práctica”, se dictaban clases de diferentes materias pensadas como una capacitación para la vida cotidiana en el monte, en el campo.

En reuniones de personal se trataba de encontrar un tema eje para cada alternancia, que estuviera presente en todas las clases, tanto en las teóricas como en las prácticas.

No fue fácil para los docentes encontrar esos ejes transversales. Se hicieron diversas pruebas, y que yo recuerde, nunca encontramos un eje aplicable a todas las materias. Pero sí se lograron coincidencias entre algunas materias, como por ejemplo sumas, restas, multiplicaciones y divisiones en matemática con las clases de tejido, cuando para un determinado punto el número de puntos en la aguja debía ser múltiplo de un determinado número.

En las clases teóricas se pretendía lograr que los alumnos y las alumnas llegaran a completar el ciclo escolar primario. Por lo tanto desarrollaban las materias de Lengua, Matemáticas, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales.

Durante las clases, tanto las teóricas como las prácticas, los docentes estábamos acompañados por los maestros auxiliares, jóvenes qom que habían sido seleccionados por la comunidad para acompañar a los docentes. Ellos estaban encargados de ser el nexo entre las dos culturas, trabajaban junto con los docentes en el aula y además tenían un rol específico en la toma de conciencia de las pautas culturales qom, en clases especiales para ese fin. Esas clases las daban en la semana “teórica”.
Texto y fotos: Ruth Schwittay

Erster „theoretischer“ Unterricht

Irgendwann kam dann die Stunde des ersten Unterrichts, schon vor der offiziellen Einweihung der Schule. Da das Internat noch nicht fertig war, kamen und gingen die in der Nähe wohnenden Schüler und Schülerinnen jeden Tag hin und her.

Die Schule war in einem Wechselrhythmus von drei Zeiten organisiert: Während zwei Wochen blieb die Schülerschaft im Internat der Schule,  während einer dritten Woche waren sie mit besonderen Aufgaben zu Hause.
Von den zwei Wochen im Internat war eine, die „Theoretische“, dem normalen Primarschul-Unterricht gewidmet. Vielleicht muss noch gesagt werden, dass die argentinische Primarschule zu dem Zeitpunkt aus den sieben ersten Schuljahren bestand. Während der zweiten Woche, der „Praktischen“, gab es Unterricht in verschiedenen Fächern, die für eine Ausbildung für das tägliche Leben im Urwald, auf dem Land, gedacht waren.

In Besprechungen der Lehrerschaft versuchte man ein axiales Thema für jede Wechseleinheit zu finden, das dann in allen Fächern erscheinen sollte, sowohl in den theoretischen wie in den praktischen.

Es war nicht leicht für die Lehrkräfte, diese sich überall durchziehenden Themen zu finden. Es wurde Verschiedenes ausprobiert, und soweit ich mich erinnere, haben wir kaum auf alle Fächer anwendbare Achsen gefunden. Aber es wurden Übereinstimmungen zwischen einigen Fächern gefunden, wie z. B. Addition, Subtraktion, Multiplikation und Division in Mathematik mit dem Strickunterricht, wenn für eine besondere Strickart die Zahl der Maschen auf der Nadel durch eine bestimmte Zahl teilbar sein mussten.

Mit dem theoretischen Unterricht wollte man erreichen, dass die Schüler und Schülerinnen ihren Primarschulabschluss machen konnten. Darum wurden die Fächer Spanisch, Mathematik, Sozial- und Naturwissenschaften abgewickelt.

Während dem Unterricht, sowohl dem theoretischen wie dem praktischen, wurden die Lehrkräfte von den Hilfslehrer unterstützt, junge Qom, die von der Gemeinde dazu auserwählt worden waren, um die Lehrkräfte zu begleiten. Sie sollten eine Verbindung zwischen beiden Kulturen herstellen, arbeiteten zusammen mit den Lehrkräften im Schulraum und hatten außerdem die besondere Aufgabe der Bewusstseinsschaffung der Eigenschaften der Qom-Kultur, und zwar in speziellen Unterrichtsstunden. Diese Stunden waren in der „theoretischen“ Woche eingeplant worden.
Text, Übersetzung und Fotos: Ruth Schwittay


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